La comunidad Mapuche Kom Kiñe Mu integrante del CAI  pone en conocimiento a los pu peñi, pu lamngen y la sociedad en general que luchamos por nuestros derechos en defensa del territorio. Avanzan sobre nosotros, nos acorralan y ya no tenemos margen para seguir aguantando el atropello.

Un nuevo pedido del empresario terrateniente, en el ámbito judicial impugnando el rechazo a la modalización de una cautelar para poder obtener permisos de coto de caza y obtener leña en el encierro de ciervos construido con el aval del Estado en parte de territorio Mapuche sin el consentimiento de la comunidad.

Hacemos de público conocimiento que debemos soportar los agravios, atropellos de los particulares terceros que se alinean con el estado para destruirnos. 

Con la excusa de hacer uso y manejo de “su fracción de tierra” mostrando como único interés blanquear el despojo contra la comunidad Mapuche Kom Kiñe Mu.

Se evidenció en todos los actos realizados por ellos: cuando colocaron mojones vandalizaron nuestras pertenencias, destrozaron con motosierras nuestro  refugio, incendiaron otro, pisotearon nuestros lugares sagrados, y desarmaron atajaderos de animales en los senderos y picadas.

Y en tiempos de pandemia continúa el despojo, con la construcción de una cabaña, con construcción de otros alambrados dentro del territorio impidiendo la circulación habitual de los animales, y continúan realizando nuevas obras dentro del territorio. (Todos denunciados).

El daño ocasionado a la comunidad  por parte del señor terrateniente ha sido irreversible. 

Cada invierno los cañales que están dentro del encierro les permitían a nuestros animales  sobrevivir a los fuertes temporales que se registran cada año. 

Este año nuestros animales quedaron arrinconados entre los alambrados. Ellos mencionan que el alambrado del encierro de los ciervos no entorpeció la vida de los integrantes de la Kom Kiñe Mu. Siendo que éste fue uno de los tantos atropellos que debemos soportar. 

Nosotros tenemos una cantidad de animales que la naturaleza regula y lejos estamos de ocasionar perjuicios, nuestra producción es de subsistencia, tenemos respeto por la mapu, porque ahí desarrollamos nuestro Cüme Felen “buen vivir”. 

Este conflicto está provocando el desplazamiento forzoso de nuestra comunidad. El despojo vuelve a golpearnos en lo más profundo de nuestra cultura, que es alejarnos de nuestros nehuenes, de nuestra medicina, de nuestros lugares sagrados. 

Todo agravado por las consecuencias de la pandemia del Covid 19  y la gran nevada imperante.

Hablan de tener 500 a 1000 ciervos encerrados y que necesitan permisos de coto para realizar el raleo.

Si su preocupación son los ciervos y el sobrepastoreo que ocasionan, por la sobrepoblación, que los liberen, son animales salvajes que no necesitan que el ser humano venga a condicionarlos y a decidir cómo tienen que transitar la vida.

Se nos ignoró y se nos negó toda la documentación impidiéndonos el derecho a la defensa jamás estuvimos y jamás estaremos de acuerdo con la construcción de “su encierro”.

 Ya no nos causa asombro, una vez más la provincia a través la Fiscal de Estado demuestra que tiene más valor un encierro de ciervos que el derecho a la existencia de nuestro pueblo al adherir a los planteos del terrateniente, a través de la excusa de que “es inminente la necesidad del manejo de un encierro de ciervos”; avalando el abuso y el despojo final de la comunidad Mapuche. 

Duele profundamente  que una funcionaria del estado no nos nombre, que no haga referencia a  los derechos proclamados por leyes vigentes para los pueblos originarios y que se posicione en el lugar del poder económico.

Del rico es de esperar su ambición y su pretensión de acaparar sin importar la vida de una comunidad, pero de los gobernantes duele la injusticia, el abandono y el desprecio.

Lo dijimos una vez y lo reiteraremos las veces que sea necesario nos causan daño, nos están exterminando.

Llevamos en nuestra conciencia la lucha de nuestros antepasados que jamás se rindieron a pesar de que el estado argentino regó sus tierras fértiles con sangre y con el dolor más inimaginable que debieron soportar, hoy somos sobrevivientes del exterminio que intentan concluir. Así avanzan sobre nosotros provocando un daño sistemático.