La rutina de ver en Bariloche como mueren nuestros ancianos nos está volviendo indolentes. Leer los partes del COVID - 19 ya no es importante. Para los barilochenses pareciera que ya la pandemia pasó. Entonces, ¿a quién le preocupa que pasa con nuestros muertos?.
En la vorágine de lo cultural, las actividades deportivas, el Bariloche a la carta, los carnavales y ahora la fiesta del chocolate, la insensibilidad de sobre que hacer para frenar las muertes de tanto ancianos ha pasado a ser no preocupante .
El relanzamiento de la ciudad en el mercado del turismo, las aperturas de casi todas las actividades y la no fiscalización ni control de los comercios aparentemente no influye para nada en la situación mortuoria a la que hemos llegado.
Con más de 200 personas fallecidas y un promedio de más de 3 meses con más de mil positivos en la ciudad, deberÃa ser alarmante la situación para el estado y buscar en que estamos fallando o que más se puede hacer, deberÃa ser una prioridad.
Tal vez esperar más de la oposición en este tema sea un eufemismo. En la posición de criticar al oficialismo, a veces sin sólidos argumentos o por sólo ir a la contra y no centrarse realmente en esta problemática local, también es causante en cierta medida de hacer invisible la muerte de nuestros viejos, que tal vez a muchos les faltaba tiempo para dejar este estadio.
Hace poco tiempo un eminente médico de Bariloche dijo: “ El 50% de las personas de más de 60 años que llegan a UTI fallecen". Cuánto se puede hacer o qué se puede hacer para cuidar a nuestro adultos mayores son las preguntas y los desafÃos para el sistema de salud local y el estado municipal. Esperemos que se den cuenta de su papel en esta situación y ayuden a que nuestros ancianos vivan un poco más.