Según informa el diario La Nación, como parte de un proceso de detección de irregularidades y de reducción del personal del Senado, la vicepresidenta Victoria Villarruel declaró caducas dos comisiones especiales cuyos plazos de tiempo habían vencido hacía casi cuatro años y desafectó de la planta de la Cámara Alta a varios empleados porque no cumplían con las funciones para las que estaban asignados.

Los casos van apareciendo de a poco y dejan al descubierto una de las prácticas habituales que forman parte del folklore del Congreso y que tienen que ver con cómo se van acumulando capas geológicas de empleados designados por legisladores que terminan su mandato pero que consiguen, a cambio de favores, como la entrega de un despacho en el palacio legislativo, que los nuevos integrantes del cuerpo les sostengan a su colaboradores.

Una de las irregularidades detectadas por la vicepresidenta se da en la denominada Comisión Especial de los Pueblos Indígenas. Creada en 2017 por el término de un año, su existencia fue prorrogada por 365 días más que vencieron en abril de 2019. Desde entonces, el órgano legislativo siguió funcionando sin tener una norma legal que la sustente.

Uno de los senadores que impulsó la creación de la comisión fue la actual legisladora provincial, Magdalena Odarda, quien había ingresado al Senado en 2013 por la Coalición Cívica de Río Negro y que, tras romper en 2017 con la fuerza de Elisa Carrió y crear su propio partido provincial, terminó convertida en aliada del kirchnerismo en la Cámara Alta.

Al momento de que Villarruel la declaró caduca y a pesar de que llevaba casi cinco años sin actividad, la Comisión Especial de los Pueblos Indígenas tenía un secretario, Nahuel Piccoli Fortuny, con el extra que el cargo implica en materia salarial, y revistaba cuatro empleados de planta transitoria, todos designados por Odarda antes de abandonar su banca de senadora, en 2019.

Siempre según indica La Nación, los trabajadores transitorios continuaron dependiendo del Senado a pesar de que son todos de Río Negro y que la dirigente ocupó durante casi tres años la presidencia del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y bien pudo haberles dado empleo en esa dependencia.

Lo curioso del caso es que Piccoli Fortuny hoy es el principal asesor de la diputada libertaria rionegrina Lorena Villaverde, quien critica cada vez que puede a los ñoquis y a la casta. Villaverde no tiene un buen vínculo con la vicepresidenta y dentro de la interna de La Libertad Avanza, saben que hay un enfrentamiento entre ellas y que Villarruel nada quiere saber con la rionegrina.

Al mismo tiempo, hace unos días, Piccoli Fortuny fue quien echó telefónicamente al titular del PAMI provincial, sin tener cargo alguno en dicho organismo. Esto generó un fuerte reclamo de los referentes de LLA en la provincia, que de forma inmediata vincularon a Piccoli con la UCR y pidieron su despido y alejamiento del partido libertario.

De hecho, un sector del partido, le hizo saber a la diputada oriunda de Las Grutas que ya están juntando firmas para destituir a Piccoli y esto generó una fuerte ruptura, con pase de factura y alejamientos importantes del riñón de Villaverde.