El papa Francisco llegó a Iraq este viernes, 5 de marzo de 2021, en una visita histórica.
Durante tres dÃas, el pontÃfice argentino de 84 años podrá expresar su apoyo a una comunidad cristiana azotada por la guerra y los ataques, y también se reunirá con el más alto dignatario chiita del paÃs.
"Estoy contento de retomar los viajes" después de 15 meses sin realizar desplazamientos, dijo Francisco en el avión, al pie del cual le esperaba en Bagdad el primer ministro iraquÃ, Mustafá Al Kadhemi.
"Y este viaje emblemático es también un deber hacia esta tierra mártir desde hace tantos años", agregó antes de aterrizar.
Al bajar del avión, Francisco estrechó la mano del primer ministro y dos niños con trajes tradicionales le ofrecieron flores.
En una discreta ceremonia de bienvenida, como es tradicional, se presentaron las delegaciones de ambos Estados y sonaron los himnos.
En la delegación vaticana que acompaña al papa están el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, también el prefecto de la congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri, y el cardenal español Miguel Ãngel Ayuso, a la cabeza del Pontifico Consejo para el Dialogo religioso, entre otros.
Su primer acto oficial será la reunión con el presidente del paÃs, el kurdo Barham Saleh, y el discurso que pronunciará en el palacio presidencial ante las autoridades y miembros del cuerpo diplomático.
En solo tres dÃas, el pontÃfice irá al sur de Irak, a Ur de los Caldeos, y al norte, a la llanura de NÃnive y las ciudades de Mosul y Qaraqosh, destrozadas por el EI y donde se concentraba la población cristiana que ha quedado reducida a la mitad, además de a Erbil, la capital del Kurdistán, que dio cobijo a los que huÃan de los yihadistas.
Durante todos los recorridos que el papa realizará en este periplo de tres dÃas usará un vehÃculo cerrado por motivos de seguridad y para evitar aglomeraciones a su paso por la curiosidad de querer verlo, una medida tomada sobre todo por la pandemia.
El papa Francisco acude a Irak para homenajear a los cerca de 300.000 cristianos que quedan en el paÃs, frente a los aproximadamente 1.500.000 que habÃa en 2003, época en la que se exacerbó la violencia sectaria.