Foto de portada facebook "Los Traidores"
MartÃn Doñate es el máximo responsable del peor momento del Partido Justicialista de RÃo Negro y de la más nefasta decisión en relación al PJ: por orden de sus jefes de La Cámpora de Buenos Aires, el actual senador y sus socios determinaron que el peronismo NO TENDRà CANDIDATO A GOBERNADOR por primera vez desde el regreso de la democracia.
Luego de 40 años, los propios dirigentes "peronistas" son los que hacen realidad el sueño húmedo del gorilismo: que NO EXISTA EL PARTIDO JUSTICIALISTA en la contienda electoral...está claro que estos traidores y traidoras de peronistas no tienen nada, ¿no?
Por supuesto que Doñate, La Cámpora y sus socios actuaron de espaldas a los afiliados y simpatizantes peronistas de la provincia para imponer las necesidades y las órdenes de los polÃticos de Buenos Aires. Por eso tomaron de rehén al partido, manipularon el estatuto y judicializaron la decisiones institucionales del Partido, logrando de esa manera IMPEDIR LAS ELECCIONES INTERNAS y lo más grave de todo: LOGRARON HACER DESAPARECER EL PARTIDO JUSTICIALISTA DE LA DISPUTA ELECTORAL.
Doñate, La Cámpora y sus socios le VENDIERON EL PARTIDO A ALBERTO WERETILNECK en el marco de un acuerdo miserable que tiene un único objetivo (al margen de las mentiras grandilocuentes con las que intentan disfrazar la entrega): asegurar para los traidores un perÃodo más sentados en alguna silla de las tantas que el sistema polÃtico reparte para los delincuentes, mentirosos, desleales y/o miedosos.
"Hay que pasar agachado, Tigre", esgrime como una verdad irrebatible un pequeño gran traidor que, de tanto cabecear la marcha de la obediencia, parece que anda atragantado por los rincones renovadores de Viedma. Eso es justamente lo que desean este grupo de traidores y traidoras: que nadie sepa que están vendiendo el Partido Justicialista.
Cuando en estas elecciones busques en el cuarto oscuro una lista azul encabezada por un hombre o una mujer respaldada por el escudo del Partido Justicialista y las caras de Perón y de Evita, NO LA VAS A ENCONTRAR. ¿Se te ocurre traición más grande que hacer desaparecer nuestra insignia y los rostros de nuestros máximos referentes históricos? Sólo la Revolución Fusiladora del 55 y la Dictadura del 76 se animaron a tanto. Sólo con esos genocidas son comparables estos traidores y traidoras rionegrinos.
Por primera vez en 40 años, ningún candidato a Gobernador/a llevará el escudo del Partido Justicialista. ¿Se dan cuenta de la gravedad que esto significa y del terrible daño que le provocan a nuestro querido Partido?
Los dirigentes peronistas de RÃo Negro que a través del tiempo participaron en la conducción del Partido, siempre tuvieron bien claro que habÃa sólo una situación que NO PODÃA SUCEDER: que el Partido Justicialista no se presentara ante los ciudadanos/as de RÃo Negro con una propuesta de gobierno integral y superadora, con una propuesta estructurada en torno a nuestras verdades relativas, a nuestra doctrina y a nuestra historia y todo eso decodificado en términos rionegrinos.
Por eso, a pesar de los matices y/o grandes diferencias entre aquellos peronistas que tuvieron la responsabilidad de conducir el Partido en RÃo Negro durante estas décadas, TODOS TUVIERON UN PUNTO EN COMÚN INNEGOCIABLE: en las elecciones los peronistas y las peronistas de la provincia iban a estar representados por un candidato/a a Gobernador del Partido Justicialista y por un programa de gobierno peronista.
Por primera vez en la historia, ese mandato y ese compromiso fue destruido por Doñate y sus socios. IMPERDONABLE.
Por supuesto que esta venta y desaparición del Partido Justicialista de la contienda electoral es una estrategia ideada y ejecutada desde las sombras desde hace mucho tiempo. Doñate es el brazo ejecutor aquà en la provincia, pero la orden baja desde Buenos Aires. Una anécdota que quizás varios conocen sirve como ejemplo que pone en evidencia al Senador de Beltrán.
En septiembre de 2019, en el interregno entre las PASO y las elecciones generales de ese año, Doñate recorrÃa la provincia afirmando que él tenÃa la decisión de conducir el proceso de cara a las elecciones de 2023 y que era necesario "definir esta situación lo más pronto posible". En ese marco, un grupo de compañeros lo fueron a visitar una tarde para pedirle explicaciones sobre algunas inconsistencias en la distribución de boletas y materiales de la campaña que finalmente llevó a la presidencia a Alberto Fernández. Fue en ese encuentro que una afirmación de Doñate prendió las alarmas de los compañeros que lo fueron a interpelar: "el interlocutor polÃtico va a ser el Gobierno de Juntos Somos RÃo Negro", dijo.
Sin ponerse colorado, el Senador anticipaba cuál iba a ser su estrategia como "conductor del proceso para las elecciones de 2023": entregar el Partido, reducir el Justicialismo a un simple apéndice de Weretilneck como parte de un proceso destinado a domesticar al peronismo. Básicamente, hacer lo que Weretilneck ya hizo con el radicalismo: desaparecerlo como alternativa real para los ciudadanos; desaparecerlo como proyecto polÃtico potente capaz de disputar poder. Recuerden: el radicalismo pasó de gobernar la provincia durante 28 años a no tener ni un solo representante en la Legislatura.
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿por qué hacen lo que hacen?
Básicamente porque son incapaces y, esencialmente, porque están hasta las manos: la mayorÃa de los traidores y traidoras tienen causas penales que tramitan en la justicia que maneja en las sombras el propio Weretilneck. Es decir que W los tiene comiendo de su mano a estos dirigentes que, además de ser muy malos para el quehacer polÃtico, son DELINCUENTES.
Sólo un camporista sin legitimidad territorial ni capacidad polÃtica, acompañado de una comparsa de oscuros dirigentes perseguidos por sus problemas con la justicia, son capaces de derretir el potencial simbólico, polÃtico e institucional del Justicialismo al calor de sus miserables necesidades individuales.
Esa es la realidad. Que, como todos los peronistas sabemos, es la única verdad.