El dibujante Quino, mundialmente conocido por ser el creador de Mafalda, ha muerto hoy a los 88 años de edad en Mendoza, su ciudad natal, según han informado los medios argentinos. Su entrañable personaje es uno de los más exitosos y queridos del ámbito de las tiras cómicas en español, aunque sus ácidas observaciones de niña sabia e inconformista han sido traducidas a decenas de idiomas y han aparecido en multitud de paÃses.
Quino, cuyo nombre real era JoaquÃn Salvador Lavado, nació en 1932. Sus padres eran naturales de Fuengirola (Málaga), emigraron al paÃs suramericano en los años treinta y el dibujante siempre sintió como propias sus raÃces españolas. De hecho, obtuvo la nacionalidad española —al segundo intento— en 1990, a los 57 años. En 2014, recibió el Premio PrÃncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por el «enorme valor educativo» y «dimensión universal» de su obra y por unos personajes que «trascienden cualquier geografÃa, edad y condición social». También ostentaba la Medalla de la Orden y las Letras de Francia y era uno de los personajes más internacionales de la cultura argentina.
Quino supo que querÃa ser historietista desde muy temprano, porque quedó fascinado por los dibujos que le regalaba su tÃo JoaquÃn, pintor de profesión (y motivo del apodo Quino, que pusieron al pequeño para diferenciarles). A los 18 años emigró desde Mendoza, ubicada en la zona andina de Argentina, a Buenos Aires. AllÃ, poco a poco y pasando penurias, fue haciéndose hueco como dibujante en diversas publicaciones.
El personaje de Mafalda, su gran hito, nació en 1962 a raÃz de un encargo publicitario de la marca de electrodomésticos Mansfield, que querÃa unas tiras cómicas para publicar en periódicos sobre una familia que consumiese sus aparatos. La idea era colar la tira en los periódicos como publicidad encubierta, pero la estratagema no funcionó y el proyecto quedó temporalmente en un cajón. Quién iba a imaginar que aquel personaje promocional, desde que empezó a aparecer en la revista argentina Primera Plana dos años más tarde —tras una breve aparición en la revista Leoplán— y libre ya de toda connotación publicitaria, se convertirÃa en luchadora por los desfavorecidos, azote de los poderosos y del sinsentido que gobierna el mundo de los adultos.
Quino publicó las tiras de Mafalda, sus amigos (Felipe, Manolito, Susanita…) y su hermano Guille durante una década, primero en la mencionada revista y después en el diario argentino El Mundo hasta la desaparición de este periódico, cuando pasó a Siete dÃas ilustrados, hasta que el dibujante se cansó de la tiranÃa de la entrega diaria. A pesar de ello, el éxito de su personaje se hizo universal e imperecedero —como lo son las reflexiones de la pequeña Mafalda—, y continúa a dÃa de hoy mediante libros recopilatorios —que en España publica Lumen—, todo tipo de merchandising, y, lo que es más importante: la circulación constante de sus viñetas llevada a cabo por miles de usuarios en las redes sociales. Como dijo Quino a su paso por Oviedo para recoger el PrÃncipe de Asturias, Mafalda «hoy en dÃa dirÃa lo mismo que entonces, porque las cosas están tan mal o peor».
Mafalda fue un éxito prácticamente instantáneo en Argentina y toda Suramérica, y dio el salto a Europa con un primer volumen recopilatorio publicado en Italia en 1969 y apadrinado por Umberto Eco. El personaje protagonizó también algunas pelÃculas de animación, asà como exposiciones, y su imagen ha sido empleada en campañas sociales de entidades como UNICEF, Cruz Roja Española o el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Argentina. Cuando dejó de dibujar a Mafalda, Quino se centró en otro tipo de historias, con un estilo y un contenido más adulto.
En 2017, año en que falleció su esposa, Alicia Colombo, Quino regresó su Mendoza natal, donde recibÃa el cuidado de sus sobrinos debido a su mala salud, que lo mantuvo alejado de la vida pública en los últimos años. «La vejez es un coñazo», se sinceró durante su viaje a España de 2014, donde pudo comprobar con sorpresa la gran cantidad de gente joven que sigue a Mafalda y que se siente atraÃda por un personaje que dejó de dibujar en 1973.
A causa de un glaucoma que le deterioró la visión hasta el punto de dejarlo casi ciego, Quino dejó los lápices hace más de una década. Mafalda, en cambio, seguirá viva mientras existan las injusticias, es decir, por siempre.
Infinidad de muestras de cariños de todo el mundo, incluso la Real Academia Española lo hizo a través de las redes sociales, "Mafalda" es patrimonio cultural de la humanidad.