Audiencias suspendidas con anterioridad
Las audiencias generales ya habÃan sido suspendidas el pasado 7 de marzo, cuando en Italia se decretaron las primeras medidas de confinamiento debido al inicio de pandemia por coronavirus. Francisco siguió celebrando tanto las audiencias como el rezo del Ãngelus dominical desde la biblioteca del palacio pontificio, lugar donde ahora volverán a celebrarse.Durante las audiciencias posteriores al confinamiento, el PontÃfice ha tenido que pedir a las personas que no se agolparan durante los saludos y que permaneciesen en sus asientos, respetando siempre las medidas de seguridad. El Papa se ha mantenido a distancia de sus fieles y no ha bajado a saludar. "Me encantarÃa bajar a saludar a todos, [...] si nos agolpamos para saludarnos va contra las normas y las precauciones que debemos tener frente al covid", dijo un miércoles. Aun asÃ, siempre ha aparecido sin mascarilla en las audiencias, asà como sus colaboradores y los obispos presentes que le saludan tras el acto, salvo el pasado dÃa 21 de octubre , cuando decidió ponérsela.
Actos cancelados
Además, el papa Francisco no salió del Vaticano para celebrar la misa de difuntos el 2 de noviembre, la ofició en el campo santo Teutónico, de forma privada y sin la participación de los fieles. Algo que se repetirá en los próximos eventos y también todo parece indicar que también durante la Navidad: habrá celebraciones con un grupo muy reducido de fieles y se limitará solo a pocos invitados.Las embajadas han recibido una comunicación por parte de la Santa Sede con indicaciones de que este año no se podrán pedir entradas para asistir a las misas del periodo natalicio y que la misa del Gallo se celebrará de manera privada.
El mensaje de Navidad
Por el momento, parece que el 25 de diciembre, sà se permitirá la entrada, aunque limitada, de los peregrinos en la plaza de San Pedro para el mensaje de Navidad y la bendición 'Urbi et orbi' - 'a la ciudad y al mundo' o 'a todo el mundo'- desde el balcón de la logia central de la basÃlica.
Una situación que se repite en el tiempo, ya que durante el pasado Domingo de Resurrección, en pleno confinamiento total de Italia, el Papa tuvo que pronunciarlo a solas en el interior de la basÃlica.