Un país estancado en sus reacciones, sumido en una crisis económica muy fuerte con un índice de pobreza como si estuviera en guerra es lo que refleja hoy la Argentina. Cuando ese cincuenta y seis porciento votó al nuevo gobierno no lo hizo para lo que sucede en esta Argentina de despidos, crisis y falta de oportunidades. La pérdida del valor adquisitivo por falta de dinero hace

ver las góndolas repletas en los supermercados y a la gente con la ñata contra el vidrio en las carnicerias sin poder comprar.

Los asaditos del domingo se van perdiendo y cuando lo hacen cae más gente de la que invitaste. Ya no llevan un trozo de carne para tirar a la parrilla si no un tinto barato o un viejo Valentín Lacrado de dos luquitas comprado en oferta. El más irrespetuoso se acerca con un budín que le quedó de la cena de fin de año. Y es que la situación económica para muchos no da más y en el gobierno parece que tuvieran ceguera crónica y aguda para no ver lo que pasa en la mesa de los argentinos.

Pero aún peor es la actitud presidencial que pareciera empecinado en agudizar la propia crisis.

El veto a la ley de movilidad jubilatoria y ahora la amenaza de también vetar el financiamiento a las universidades es una muestra de insensibilidad total. Y más aún esto se reafirma cuando el presidente llama héroes a éstos políticos sin escrúpulos y les da una cena en la quinta presidencial.

Que lectura se puede hacer de un gobierno que era una esperanza y está siendo un desastre. Basta de echarle la culpa al gobierno anterior, ya está. Ni dólares, ni pesos, ni grandes inversiones ni préstamos. Está es la realidad para éste gobierno.

Una gran decepción para todos los que queríamos una mejor Argentina. Un gobierno de gente sin sensibilidad social ni capacidad de gestión. Una canciller que la pifia constantemente en política exterior, una ministra de acción social que encanuta la comida para los comedores sociales, una secretaria de gobierno que en su primer discurso ante sus partidarios  parecía  una parvula de primer grado que hasta en algún momento se tuvo que soplar la nariz, diputados que se disfrazan. Toda una joda .

Nuestro presidente es un cúmulo de contradicciones andante que antes de ser presidente  pidió que lo apedrearan si subía impuestos, juro y re contra juro que los ajustes lo iba a pagar la casta política y si no que le cortaran un brazo. No iba a comerciar con China por ser un país comunista, Caputo era un fugador de divisas y Patricia Bullrich era una pone bombas. Un día se pone la kipá de los judíos y otro el rosario de los cristianos . Se peleó con el presidente de España, nos metió en la guerra con Hamas, Hezbola  y todos los países musulmanes que están en contra de Israel. Compro equipamiento militar para el ministerio de defensa con el costo que conllevan los mismos. Cree que puede ser premio Nobel porque un alcahuete bien casta lo dijo y se tiene creído que es de los presidentes más influyentes del mundo y por eso en la ONU dio un discurso que solamente nos hizo perder más relaciones con otros países. Todo una locura.

En fin, así estamos con un gobierno que dio esperanzas y que está lleno de sombras y oscuridad dónde cada día no se ve el buen horizonte al menos para la gente.

Ya hasta los propios comienzan a recular y  de a poquito a saltar del barco libertario. Van quedando siempre los fundamentalistas, alcahuetes y ensobrados que exprimirán hasta el último jugo de la naranja presidencial con tal de salvarse. 

Es lamentable que un gobierno elegido con tanta esperanza sea una decepción más. Dicen que hay una corriente interna que complota para darle otro rumbo al gobierno, se rumora en vos baja juicio político o mandar a ser pericia psiquiatrica al presidente. Es que incluso para la propia casta son demasiados los excesos en la manera de hacer política. Pichetto, Villarroel y Macri pudieran estar detrás de alguna solución. Tal vez el fantasma de Cristina Kirchner en la Matanza los  haga despertar . Si la “ chorra” sale a jugar, tiene mucha banca y por si no se acuerdan, y esto lo sabe Pichetto, los Peronistas pueden estar peleados pero en las elecciones se unen.

 Adorni avísale al presidente por si no lo sabe, ah  dígale también a Bullrich que ni la izquierda, ni la coalición cívica, ni Lousteau van hacer nada, no tienen con que.