El dique se construyó para regular el caudal del río Neuquén, permitiendo el desarrollo del sistema integral de riego del Alto Valle del Río Negro y del Valle Inferior del río Neuquén, lo cual facilitó la expansión de la producción agrícola en la región. Continúa siendo fundamental para el sistema de riego del Alto Valle, permitiendo la producción de sus emblemáticas peras y manzanas, entre otras.
Rodolfo E. Ballester fue un ingeniero argentino especializado en diques y obras de riego. El dique lleva su nombre en homenaje a su contribución en la finalización de la obra. La construcción del dique propició el asentamiento de trabajadores y sus familias en la zona, dando origen a localidades como Barda del Medio. Este desarrollo fue fundamental para la urbanización y crecimiento económico de la zona.