Ciento noventa dÃas no borran la caché. River sigue siendo River. Que "la pelota por momentos nos rebotaba", como dijo Marcelo Gallardo, fue apenas un mÃnimo daño colateral que generaron los seis meses de inactividad. Perdió ritmo -lógico, por supuesto- pero mantuvo la sustancia. Sabe a qué juega. "El equipo sigue manteniendo un espÃritu y creyendo en sus condiciones, en sus posibilidades. Lo sigue sosteniendo en el tiempo: eso lo avala. Y representa al hincha", analizó el deté luego de una prueba que suponÃa un difÃcil desafÃo: oponer resistencia ante un San Pablo que llegaba con 1.170 minutos de handicap oficial.
"La respuesta del equipo fue muy satisfactoria", se enorgulleció Gallardo luego de un 2-2. Más allá del infortunio de
los dos goles en contra, "no era fácil después de tanto tiempo plantarse como nos plantamos" en el MorumbÃ. Porque "no estábamos en las mejores condiciones, no jugábamos con el ideal de la preparación de entrenamientos y sin partidos", pero eso no le impidió a
River el "tratar de jugar de igual a igual", para el DT, algo "muy meritorio" porque hubo de parte de los jugadores "una buena respuesta fÃsica y mental para jugar de esa manera. Los felicité".
Gallardo ganó: su estrategia, de arranque temeraria, supuso un riesgo, aunque resultó acertada. Porque el entrenador de River sorprendió parando un dibujo con tres atacantes (Julián Ãlvarez, la figura, además de Rafael Borré y MatÃas Suárez). Una decisión argumentada. "QuerÃamos mostrarle a San Pablo que no Ãbamos a retroceder. Que no Ãbamos a darle la iniciativa, intentando bloquear su salida", graficó el Muñeco. "Para eso necesitaba la disposición de los tres delanteros de punta. Era arriesgado, fÃsicamente Ãbamos a ver cómo sostenerlo... Pero a medida de que fue transcurriendo el partido los jugadores se sintieron cómodos".
El empate puede significar un negocio para River en un grupo "cerrado", según Gallardo, que tendrá en cinco dÃas otro desafÃo: el viaje a Lima para enfrentar a Binacional, donde "trataremos de sumar los tres puntos". El entrenador hace cuentas y entiende que una victoria en la capital de Perú podrÃa acomodar al equipo pensando en la clasificación a octavos de final de la Libertadores. Aunque para ello deberá haber una nueva prueba. La primera, por contexto, fue superada.