Los residentes de Bariloche están preocupados. Desde comienzos de esta semana la cifra de casos positivos se disparó y continúa alta. El lunes se informaron 129 casos, ayer miércoles por la noche, la secretaria de Políticas Públicas de Salud de la provincia, Mercedes Ibero, confirmó 121 nuevos casos positivos en  Bariloche, pero solo alcanzaron a cargar 32 a la plataforma oficial de Nación.  Por eso, los restantes se incluirán este jueves. Lo cierto es que en en menos de una semana se triplicó el número de infectados en Bariloche. La principal causa de la aceleración, dicen los especialistas y también los funcionarios municipales, son las reuniones sociales a puertas cerradas. La prohibición impuesta a nivel nacional y la difusión de los últimos indicadores deberían imponer nuevas pautas de cuidado. 

“Mucha preocupación” son las palabras que –en el afán de no generar mayor alarma– eligen los médicos, los técnicos y el personal hospitalario para describir las sensaciones que reinan hoy en el centro de salud y en los hoteles que albergan a centenares de personas aisladas. Anoche, Ibero comunicó que había 1.050 personas aisladas preventivamente, que son contactos estrechos de casos positivos. 

Otros opinan que mientras en otras provincias, incluso cercanas como Neuquén y Chubut, los primeros meses de la pandemia las políticas públicas sanitarias fueron más acertadas, y en cambio en Río Negro las medidas fueron desprolijas y más relajadas, y que entonces ahora delegar la responsabilidad de la propagación del virus en los ciudadanos, es irresponsable y fácil. 

Desde los equipos técnicos se deslizó que están evaluando difundir un mapa, que sin violar la confidencialidad, describa la distribución geográfica del coronavirus. Los técnicos aseguran que eso bastaría para demostrar que no hay una zona o una clase social más propensa al descuido, la reunión y los contagios masivos.