El jefe del DAPA (Departamento de Actividades Programadas para el Ãrea) del Hospital Zonal Bariloche, y referente de la vacunación contra el COVID-19, VÃctor Parodi, expresó su satisfacción por la marcha de la campaña y explicó que en siete dÃas vacunarán a 450 personas, exactamente las mismas que recibieron allà la primera dosis.
El directivo indicó que entre la primera y la segunda dosis la gente pasó de la incertidumbre o el temor a la confianza, y creció la aceptación.
“Hay quienes no quieren dársela por miedo, incertidumbre o porque cree que le causará efectos adversos. Tuvimos cerca de un 7% de efectos secundarios leves, que no impiden la aplicación de la segunda dosis. De 4.367 aplicaciones de la primera dosis en RÃo Negro, sólo alrededor de 300 tuvieron efectos leves, un muy bajo porcentajeâ€, explicó.
Agregó que “en esos casos y en otros de resistencia, vemos que con las explicaciones acceden, salen de la incertidumbre o el miedo, y confÃan en la vacunaâ€.
La obligada presencia del receptor en las listas de la primera dosis para recibir la segunda, dio lugar a situaciones imprevistas para el personal a cargo de la vacunación.
Parodi indicó que se presentaron personas de Viedma u otros lugares de RÃo Negro, que habÃan recibido en su ciudad la primera dosis y llegaron a Bariloche en licencia. Al trabajar en el ámbito de la Salud Pública rionegrina entendÃan que podÃan completar la vacunación en Bariloche.
Otros venÃan de otras provincias en vacaciones con la misma situación: son médicos o enfermeros, trabajan en la primera lÃnea del COVID-19, y deben vacunarse.
Incluso recibieron en el Hospital a empleados de sanatorios privados, cuyas entidades no los anotaron para la primera o segunda dosis. Asimismo personal de Bariloche que se dio una dosis y salió de viaje, considerando que se vacunarÃan al regresar.
“Algunos lo aceptaron y otros no. Algunos se ponen como si fuesen más prioritarios que otros. Pero a los fines de la población del hospital zonal y las listas de los sanatorios, todos se consideran prioritarios de COVID-19. Desde el médico terapista hasta mucama, gente de mantenimiento de equipos, camilleros. Hay equidad y los que no pueden vacunarse podrán hacerlo en sus lugares, hay tiempo para hacerloâ€, señaló Parodi.
Agregó que “deben entender que no es un sistema médico hegemónico, todo el personal de salud es igual al momento de recibirla, tanto un médico en la primera lÃnea del trabajo, como una mucama, un camillero y posteriormente llegará el turno del personal administrativoâ€.
Operativo preciso
No sólo la precisión debe estar en las listas, sino también en las tandas de personas que ingresan al consultorio para recibir la vacuna.
Las vacunas están en un refrigerador, separadas en paquetes y adentro envueltas en un elemento térmico especial.
Cada ampolla de la vacuna alcanza para cinco personas, por eso se van armando los grupos de a cinco y tienen que estar todos: “si el quinto se demora, por ejemplo, corremos el riesgo de perder dosis. Por eso armamos los gruposâ€, explicó el médico.