Hace un tiempo ya la hermosa ciudad patagónica viene creciendo continuamente no solo en casos de coronavirus si no en hechos de inseguridad, que por lo variado de las situaciones llaman la atención. Robos a vehículos, instituciones y personas van llenando casilleros en las diferentes comisarías de la ciudad.
Muy significativo es que aparentemente habiendo más efectivos en las diferentes demarcaciones se sigan cometiendo delitos con total impunidad. Hace unos días atrás una vecina del Barrio 150 viviendas reportaba el intento de violación que sufriera una mujer cerca de la garita de colectivos de la zona y responsabilizaba por falta de luminarias y limpieza al municipio y DPA . Entre otros episodios ocurridos llamó la atención el robo de elementos mecánicos que hubo en el Corralón municipal cuando delincuentes abrieron un agujero enorme y robaron elementos vitales de trabajo.
Por otro lado vecinos del coqueto barrio Rancho Grande del Km 6 se quejaron de varios robos e intentos en la zona,mientras que vecinos de la conocida calle Beschtedt también se quejaron de robos a vehículos estacionados. Los hechos de violencia familiar son constantes según los reportes policiales. Basta con nombrar los heridos por riñas y peleas domésticas que a decir del Comisario José Ocares Jefe de la comisaría 42 son moneda corriente en estos días.
En el contexto de crisis económica y social que se vive los hechos de inseguridad y violencia toman otra connotación debido a que la resolución de los casos se hace más compleja producto de los protocolos de aislamiento y prevención dictados por el gobierno nacional. Por lo cual las fuerzas del orden deberían estar más enfocadas para la prevención que para la resolución de casos, que una vez ya cometidos por las mismas circunstancias del momento son mas difíciles de resolver.
Por Leonel Tornes Antúnez