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BARILOCHE: ABOGADO DE SEBASTIÁN ESCALADA FORMULA CARGOS CONTRA EL FISCAL GOVETTO

El abogado de la defensa de Sebastián Escalada, Doctor Rodolfo Rodrigo, ha pedido al Procurador Doctor Jorge Crespo, que se investigue y sancione al fiscal Martín Govetto por su actuación en una de las causas que imputan a su defendido. A continuación la comunicación que el abogado Rodolfo Rodrigo hizo llegar al Jefe de Fiscales

FORMULA DENUNCIA

Señor Procurador Dr. Jorge Crespo

   RODOLFO RODRIGO, abogado del foro de Bariloche, con domicilio en Moreno 20 segundo piso C al Sr. Procurador dice:

  Que formulo denuncia para que se investigue y se sancione la conducta del Sr. Fiscal Martin Govetto, de  esta circunscripción,  por los hechos muy graves que denuncio y que obviamente no pueden quedar sin sanción.

   No solo porque el Fiscal con ellos viola los básicos deberes de su importantísima función, sino porque  su escandaloso proceder , conocido y comentado por todos, es un ejemplo negativo para los justiciables y para los trabajadores del Ministerio Publico

   Sus actos y desvíos en este caso no tienen, seguramente, otra motivación ni móvil  que el favorecimiento de intereses de otra funcionaria del Poder Judicial que es duramente cuestionada por Sebastián Escalada a partir de un error garrafal de la Jueza Marcela Pájaro,  cuya consecuencia fue  que le saquen a Escalada  los hijos del país , hace tres años, y nunca mas haya vuelto a verlos. El Fiscal Martin Govetto para acallar los reclamos de Escalada, acude a  una demostración de omnipotencia y el mal ejercicio de lo que cree que son sus roles dentro de la administración de justicia, despreciándolos para  la protección de  la cofradía judicial.

   Hace alrededor de 3 años, la Jueza de familia Dra. Marcela Pájaro intervino en un trámite peticionado por la ex esposa de Sebastián Escalada, con la que Escalada tiene dos hijas. La señora, de nacionalidad norteamericana,  pidió autorización para llevar a sus hijas por tres meses a Estados Unidos por un asunto de enfermedad de su padre. Claramente su propósito no confesado era sacar a las niñas del país para siempre.

   Escalada advirtió fácilmente la maniobra y el propósito, y lo comunicó a la jueza: La señora se iría para siempre, pero, para conseguir la autorización, disfrazaba su propósito  en una salida del país por 3 meses.

  Pese a los recaudos que Escalada pedía que se tomen, y no se tomaron, la autorización fue otorgada, y sucedió lo que Escalada temía:  La ex esposa, con las hijas, no volvió nunca más . Esto hace mas de tres años.

   Escalada, en su desesperación y en su dolor, trajinó por cuanta oficina pública, funcionario, jueces, organismos de DDHH, y muchos sitios más, en pos del retorno de sus hijas. Todo sin ningún resultado.

  El disgusto con la Jueza fue creciendo, y ese crecimiento, y la impotencia  y el dolor lo llevan  a intentar hacer algo en cada ocasión relacionada que conoce.

 En marzo de este año se presentó en una conferencia sobre derechos del niño y quiso exponer su problema. Le dijeron que ese no era  el ámbito, y enardecido  le dijo a la circundante palabras como “¿ Y entonces que tengo que hacer?, ¿volar un edificio para que me den pelota?”. Y después  se retiró.

      Poco después, con un grupo de padres, fue al  edificio del juzgado de familia, y pidió hablar con la Dra. Pájaro. Un funcionario, que lo atendió a la entrada, le rechazó el pedido, y Escalada, evidentemente  fastidiado y angustiado, le dijo “¿Entonces qué quieren que haga?  ¿Qué queme el  Juzgado?”.  

   Esos dos hechos, que fueron dos preguntas  a terceros en dos situaciones diferentes  a personas que no eran la Dra. Pájaro, y que no eran una aseveración de causarle un mal a nadie, sino que eran preguntas alegóricas,  en clara manifestación de desesperación e impotencia, y que –cualquiera lo sabe- no configuran el delito de amenazas

  De todos modos, en las Fiscalías de Bariloche, con el objetivo de “pararlo a Escalada” le inventaron el proceso penal  por amenazas.  Pero como a algunos fiscales les daba vergüenza ser partícipes de la tropelía de inventar una causa penal para favorecer a una integrante del poder,  aprovechando esa función que el Estado les asignó, y hacerlo con el propósito de favorecer la situación personal de una Jueza de la cofradía, inventaron, sin límites de decencia siquiera, que era una “cuestión de género”. Eso fue con el propósito de lograr de cualquier manera que el Fiscal Govetto sea quien impulse la causa.

   La mentira de la “cuestión de género” para este caso,  se adoptó  aprovechando la coyuntura que la Dra. Pájaro es una mujer.

    Escalada aclaró por todos lados, y en las audiencias, que el género de la Dra. Pájaro no tenía nada que ver con su conducta:  Que él arremetía a su manera contra el magistrado o magistrada que había cometido la torpeza tan increíble que posibilitó que le quiten los hijos para siempre, no cumpliendo una orden judicial, sino violando una orden judicial, que quien la impartió sabía que iba a ser violada, con consecuencias terribles.

  Para el caso era indiferente  que quien dio la orden sea mujer o sea hombre o que porte cualquier tipo de estado.

          No tenía nada que ver el género. Govetto lo sabe. Lo sabemos todos, pero lo disfrazaban como cuestión de género  con el espurio y abyecto propósito que el Fiscal sea Martin Govetto. Ningún otro fiscal llevaría adelante esta causa por amenazas, que no existieron.

  En esa causa, Govetto ha cometido imperdonables tropelías. Se podría pensar que lo hizo  por ignorancia o  desconocimiento del proceso penal. Pero estoy seguro que  las cometió  para prolongar sus fines ilegítimos:  Pidió la apertura del juicio  (art. 159 del Código Procesal)  cuando aun no estaba  firme la formulación de cargos contra Escalada. O sea, que el   periodo de investigación  del  art 131 y sig. no había comenzado.  Esa actitud  de Govetto fue desestimada por un Juez de revisión, que, posteriormente al acto de pedido de apertura del juicio por  Govetto,  fijó 4 meses de investigación, evidenciando en forma rotunda el error garrafal, o la maniobra audaz que Govetto intentó.

     Pero a  los 15 días de ese revés que sufrió, otra vez intentando el arrebato y la sorpresa,  Govetto y la querellante, pidieron, de nuevo,  la apertura del juicio, e inmediatamente, la “oficina judicial”   (al parecer) fijó la audiencia de control de acusación, sin permitirnos ejercer las facultades del art. 161 Cod,. Procesal.  Se nos notificó esa fijación.

Habrá sido un error, seguramente.  Pero, inmediatamente, en una cedula que tenemos en el sistema, y hemos imprimido, una cedula diferente a todas con estructura distinta a todas, sin decir siquiera el emitente, nos comunicaron que se dejaba sin efecto la audiencia de control de acusación.

   A la vista de un ingenuo se notaba que era una maniobra pergeñada no sé por quien, pero una maniobra temeraria, usando el sistema  del Poder Judicial,  que seguramente perseguía que pisemos el palito, no advirtamos la irregularidad, nos quedemos tranquilos con la “suspensión de la audiencia”, que era mentira, y posibilitar el avance del proceso con la menor participación de nosotros que pudieran lograr.

        No puedo decir que esa maniobra increíble haya sido pergeñada por Govetto.  Pero  los  sucesos anteriores (y posteriores) evidencian que de  esta organización de la justicia penal, en Bariloche,  se  puede esperar cualquier cosa, y los principales operadores se creen habilitados, en un gesto de omnipotencia y soberbia,  de ser dueños y señores  de la suerte  y el destino de las personas que por cualquier razón entran en su esfera de actuación.

    Frente a la cedula sospechosa, tomamos actitud de ignorarla, y pedir, nuevamente, que las precipitadas solicitudes de juicio del  fiscal Govetto queden sin efecto, por anticiparse  largamente al plazo  de finalización del periodo de investigación,  y por  desoír las órdenes  judiciales.

   La Oficina Judicial frente a ese requerimiento, y lo resuelto por el Juez Campana (que el plazo empezaba con su resolución, el día 8 de septiembre del corriente) dejó sin efecto la audiencia de control de acusación que ya “había sido dejado sin efecto”  sin dar razones,  tal como surgía de la  cedula muy sospechosa que se nos cursara antes y que ya referencié.

      En una cuestión diferente a la narrada, el mes de septiembre, en forma sorpresiva, unos policías, exhibiendo una orden de Govetto secuestraron el automóvil de Escalada.  La orden decía que estaba avalada por el Juez Pichetto y hacía referencia a un proceso por desobediencia  del  art. 239 del  Código Penal

    Escalada no tenía la menor noticia de la existencia  de ese proceso. Se enteró en ese momento porque le sacaron el auto y porque en la orden que tenían los policías mencionaban una causa por “desobediencia”  (Hasta el más ingenuo se daba cuenta que ese insólito secuestro era para sacar de las calles al auto de Escalada, que estaba ploteado con reclamos a la Jueza  Pájaro para que devuelvan a Escalada sus hijas. Esa era la intención,  y el pretexto –un proceso por desobediencia- no tiene ningún tipo de relación con el auto de Escalada en la calle. Fue un acto de extrema gravedad. Un abuso de poder que tiene características de delito penal. El Sr. Procurador no podrá negarlo).

   Concomitantemente con el insólito y abusivo secuestro,  llegó a mi correo electrónico una notificación de la Oficina Judicial  para una  formulación de cargos a Escalada, como “abogado defensor de Escalada”, condición que obviamente  yo no tenía,  por cuanto  ni siquiera Escalada sabia de la existencia del  proceso por desobediencia , y naturalmente no me había designado como defensor.

    La desobediencia que le imputaban , delito previsto en el art. 239 Código Penal,  era  -nos enteramos después-  la violación de una orden del Juez Pichetto, una medida cautelar,  adoptada en otro proceso, de no acercarse al domicilio o lugar de trabajo de la Jueza Pájaro.  Escalada no había violado esa restricción,  pero eso no es importante a los fines de  esta  presentación.

  Asombrosamente,  Martin Govetto estaba impulsando esa causa por desobediencia,  que no es del  tema o tipo  de los delitos que, en el  reparto de roles que el Procurador ha asignado a los fiscales,  le correspondiera  a Govetto, que está  asignado a las cuestiones de género.

  Este presunto delito, era la desobediencia a un Juez, y, por si acaso, hombre.

  Cuando llegamos a la audiencia del art. 130  C.P.Crim con el Juez de Garantías ( de nuevo,  el  Dr. Pichettto…) estaba presente la Dra. Pájaro con su letrada.

   Obviamente, también estaba como Fiscal Martin Govetto.

  Le pregunté a Govetto que hacía la Dra. Pájaro allí, y me dijo “es querellante. Yo la admití”.  No tenía explicación lo que decía.  La Dra. Pájaro, en ese delito que imputaban a Escalada, era absolutamente exógena. No tenía ninguna de las condiciones del art. 54  del Código Procesal para ser querellante.  Era la imputación a Escalada  de un delito contra la Administración Publica, por violar una orden del Juez Pichetto;  Y la Dra. Pájaro estaba allí como querellante  porque “yo la admití”, como expresó  Govetto, el  fiscal auto asignado, como ya mencionaré.

     Le pregunté qué es lo que hacía él  como Fiscal allí, si ese delito por el que se iban a hacer los cargos era un delito contra la administración publica y él es un fiscal asignado para el tratamiento de las cuestiones de genero.

  Y Goveto, con el mismo dejo de suficiencia, respondió que el caso  era una “desobediencia de género” (¿).

   Obnubilado y enceguecido por la omnipotencia, y el afán de perseguir a Escalada porque le molesta a la Dra. Pájaro, acudía a estas ficciones hasta irrespetuosas, para conservar su condición de fiscal omnipotente, y que hace lo que quiere. Quizá porque sabía que otros fiscales no aceptarían sostener estas tropelías de perseguir sea como sea a Escalada, para que cese en sus reclamos contra la Jueza Pájaro.

LA RECUSACION A GOVETTO

   Como ya dijimos, el día 16 de septiembre del corriente secuestraron el auto de Escalada, por orden de Govetto y/o el Juez Sergio Pichetto, porque lo que informaron los policías que hicieron la diligencia, era confuso.

   En ese secuestro se mencionaba  que el  mismo era en el marco de una causa por Desobediencia, de la que ni Escalada ni yo teníamos  idea de su existencia. Fue un acto de pillaje (claramente era para sacar de la calle el auto que tenía leyendas contra Pájaro), sin razón, sin fundamento, sin marco legal, y sustentado únicamente en el poder y mando de Govetto sobre la policía.

  El dia 25 de septiembre del corriente citaron a Escalada ( y a mí como defensor, sin que nadie  me haya designado) a la audiencia de formulación de cargos por desobediencia, para el dia 5 de octubre.

  En esa audiencia nos enteramos de qué se trataba el hecho. Allí estaba la querellante (Dra. Pájaro), y era Juez de Garantías el mismo Juez “desobedecido”, que tuvo por formulados los cargos. Y, obviamente, estaba Govetto como fiscal.

  Allí planteamos la exclusión de la querellante, y  también planteamos por escrito la recusación de Govetto para que sea  enviada al Fisca Jefe.

    En la audiencia con Govetto y el Fiscal Jefe del dia 22 de octubre, por zoom, planteamos que Govetto tenía que ser apartado de la causa, por una clara amistad o favorecimiento ilegal a la Dra. Pájaro,  por el secuestro ilegitimo, imprevisto y casi de arrebato del automóvil de Escalada.  Por el invento artificial de  calificar a una causa por desobediencia como una cuestión de género (para dar andamiaje, también artificial,  a su participación), y lo que es tan grave como lo demás, o más aun, por la autoasignacion de una causa que no le fue asignada por nadie, y que,  confesó  Govetto,  era una denuncia “que le mandó personalmente a él  la Dra Pájaro, por mail, y decidió actuar”.

Frente a la respuesta que antes había  dado  Govetto  en la audiencia de Formulación de Cargos  celebrada ante el Juez de Garantías Dr. Picheto el 5 de octubre,  (esa respuesta fue que él actuaba porque era una cuestión de genero la desobediencia a un  Juez (¡!!)   concurrí a consultar a la Unidad Fiscal 5, de asignación de causas, que cuando ingresan  las distribuye a los fiscales según el tema.

Lo hice porque me parecía insólito que la Unidad de Asignación de las causas (Dr. Isla) asignara una causa por desobediencia a un Juez, al Fiscal en cuestiones de género.

  Y el Fiscal de la Unidad 5 dijo, para mi total perplejidad, que ese caso no había ingresado por donde tenía que ingresar (la Unidad de Admisión de casos) y que no tenía ningún registro del mismo. Obviamente, esa Fiscalía no había asignado a Govetto el tratamiento de esa causa.

   En la audiencia de recusación del dia 22 de octubre,   que se celebró por vía zoom con el Fiscal Jefe Dr. Lozada,  al tocarse  este punto, el  Fiscal Govetto dijo  que su intervención  y el salteo de la Unidad de Admisión de casos, fue porque la Dra. Pájaro le mandó un mail y entonces él actuó en forma urgente en el caso.  La gravedad de ese reconocimiento (que lo hizo acorralado, porque no tenía argumentos lógicos  para defender esa indecencia) finca en que como la Dra. Pájaro elige fiscal de su caso por mail, habilita a todos los ciudadanos a elegir al fiscal por mail cuando siente que  es víctima de un delito.

   La tibia defensa de su atroz conducta  que hizo Govetto (diciendo que los fiscales pueden actuar  en cualquier tipo de causa penal, o cuando tienen conocimiento de un delito, y que él recibió la denuncia por mail) importa haber despreciado las reglas del Ministerio Publico, el sistema de asignación de causas, y determinado, en definitiva, sin que nadie sepa nada en la organización de las fiscalías, que él tomaba una causa porque la “victima” (que no lo era) se lo había pedido por mail.  Y la “victima” era una magistrada judicial, de modo que Govetto, además de “hacer suya la causa”  (como decían los romanos y castigaban al funcionario por eso)  ni siquiera cuidaba el detalle del claro privilegio que, como él, integra el Poder Judicial.. Allí se expresó en toda su dimensión  ese tupé de omnipotencia que ya mencioné y el pensamiento de ostentar un poder sin límites que su conducta demuestra.

   Es algo de profunda ilegalidad, y el Fiscal que estoy denunciando lo dice con toda naturalidad y desparpajo. Como la Dra. Pájaro le mandó un mail (según dijo Govetto, nosotros no lo vimos, pero es indiferente) dice que está habilitado para  ungirse a sí mismo en fiscal de la causa.

  De nada sirve la organización institucional si cada damnificado elige el fiscal que le gusta, mandando un mail….(¡!!!). Lo que pasa es que a nadie se lo admitirían.  Govetto, con la Dra. Pájaro, lo hizo

  Obvio que ese argumento  que dio el Fiscal  (que es de plena ilegalidad) se da de palos con el argumento que dijo el mismo Fiscal  en la audiencia de formulación de cargos, diciendo que actuaba funcionalmente por ser una desobediencia “de género” (¡!!). No contó allí que nadie le había asignado la causa, y que se la asignó a sí mismo, seguramente pensando (en otro menosprecio a la inteligencia  de los demás) que nadie se daría cuenta, y que ese privilegio que asignaba a su colega Jueza de Familia,  con rango de atropello a los ciudadanos de a pie, iba a pasar desapercibido.

   En definitiva, el plan “Pájaro – Govetto” que tiene por destino parar a Escalada, y acallarlo para que no siga reclamando el irreparable, tremendo y doloroso daño que un fallo de la Dra. Pájaro hizo (por mucho que el fallo no fuera desatinado, sino que, ingenuamente –en el mejor de los casos- no tomó los recaudos por lo que Escalada la alertaba: Que sus hijos no volvían mas, y que la reclamante iba a violar la orden judicial),  moviliza al  Fiscal para encontrar un argumento (artificial, falso y ficticio) de hacer desaparecer de las calles  el auto de Escalada con los reclamos  contra Pájaro ploteados.

 La conducta de Govetto es aterradora. Embebido en omnipotencia, parece convencido que por ser fiscal tiene derecho a cualquier atropello sin que nadie pueda cuestionarlo en su andar.

   Y para agregar valor a su reprochable conducta, Govetto  se ocupó de informar (con destino a Escalada) que había de mi parte una defensa ineficaz, y que haría las presentaciones  pertinentes, indicando (también con destino a Escalada) que él –Escalada-  estaba en esta situación por mi defectuosa defensa.

   Por supuesto que no me afecta un ápice  las manifestaciones de Govetto en ese sentido, pero con ellas  logró lo que creo que era su objetivo: Enfurecer al doliente  Escalada,  (verdadera víctima del Poder Judicial)  burlándose de él  (que estaba en la audiencia) diciéndole que el Fiscal que le inventó una falsa causa por amenazas; que lo quiso “pasar” en el proceso por amenazas con las maniobras que ya mencioné para dejarlo en indefensión;  Que le inventa luego una causa por desobediencia;  Que se unge por autodesignación  en fiscal de esa causa salteando todos los pasos de asignación de causas  porque la Dra. Pájaro se lo pidió por mail;  Que ilegítimamente  le secuestra el auto ; Que en la audiencia del 22 de octubre se opuso a que le  sea devuelto, pese a la ilegalidad e innecesaridad  del secuestro…etc, era el hombre que lo estaba protegiendo de la defensa ineficaz que yo le hacía… No sé si los que se creen omnipotentes derivan esa conducta al desprecio de la inteligencia ajena, pero lo que sí logró Govetto fue acrecentar la justificada cólera de Escalada contra él .

 Es por eso que el Sr. Procurador, y el Sr. Fiscal Jefe deben tomar cartas en esta cuestión para eliminar este accionar ilegal a todas luces.

Pondremos en conocimiento estos antecedentes  al Consejo de la Magistratura, y estoy dispuesto a aclarar al Sr. Procurador cada uno de los puntos que indico acá y a su criterio merezcan profundización y aclaración. 

Saludo atte.


Rodolfo Rodrigo

DNI 8210909

 

 

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